Nuestra partida de Buenos Aires, por suerte, fue sin sobresaltos.
No soy un gran fanatico de los aeropuertos, en su zona de migraciones, no me gusta la espera, las demoras que se suelen generar, la mala onda con la que te suelen atender, aunque claro, tampoco todos me atendieron mal y se entiende que tienen un trabajo tedioso, pero la verdad, yo tampoco tengo la culpa.
En este viaje, volamos solos, sin mis hijas, algo que en los papeles se vuelve más liviano.
La idea de ir solos con Luciana, se debió a que las chicas puedan seguir terminando la segunda parte del año con respecto a su escolaridad, sobre todo la grande que está terminando quinto año.
La parte económica, claro, también era un condicionante y la última ir solos me permitía moverme con mayor libertad para generar contenido.
Hay una opción más, que es la simbólica, en este viaje le dimos el último adiós a nuestra primera visa, que se vence a fin de año. Ese primer viaje, lo hicimos solos, por lo que terminar la travesía de la misma forma, le daba un marco especial.
El año pasado descubrimos la genialidad de usar el VIP, que jamás habíamos usado antes. y como encima fuimos con tiempo, lo disfrutamos a pleno. Comimos algo tranqui, unas bebidas y eso nos hizo relajarnos más.
Nuestro vuelo fue con Aerolíneas Argentinas y por lo caldeada que estaba la cosa, eso significaba que hasta que el avión no despegue y me deje en Miami, no iba a estar tranquilo jaja.
Aposté a la compañía porque me daba buena tarifa, me dejaba pagar en dólares y es con la que más veces volamos a Miami. No tengo nada en contra para decir, todo lo contrario.
El vuelo fue sin sobresaltos, nos sirvieron la comida, que dicho sea de paso, uno de los menúes era sin tacc, algo que hicieron especial atención al requerimiento, de hecho, eran los primeros que servían. Ojo, no te olvides de pedirlo antes, en la selección de asientos en el check in online, sino después alpiste, a una persona delante mio le paso.
La llegada a Miami, fue lo habitual, migraciones, Welcome to the USA, seguir el camino hasta el Mia Mover, en direccion al Rental Car Center, para la búsqueda del auto.
Para esta ocasión, alquile con Booking Cars, que me permitía pagar en dólares y usar el cupon de PASIONPORMIAMI, que incluia un descuento del 5%.
Buena tarifa, todo claro, pagar en dolares y encima con descuento, vamos a probarla.
Todo sucedió tal lo planeado, excepto que a mi siempre me deja un sabor amargo la atención en el mostrador de cualquier compañía, en este caso fue Budget, pero me pasa con cualquiera.
El rent a car en el aeropuerto de Miami, en cuanto a la atención, es una gran cuenta pendiente que tienen las grandes rentadoras, pero como no te queda otra (por lo menos ahi) y son tan grandes que aunque vos no alquiles, viene otro pasajero atrás, no se calientan en lo más mínimo por mejorarlo.
Otra cosa que no me gusto, es que ya te designaban el auto desde el mostrador y esa magia de bajar al playón y elegir el que más te guste, se desvaneció.
A ver… me designaron una VW Tiguan, ja, tampoco mucho para quejarse. Lo único malo es que mi iphone 13 no se podía conectar al USB para cargarlo (llevar conector de los nuevos) aunque venía con una placa, donde apoyas el celu y se cargaba solo.
Con dudas, pero cerramos la cuestión del auto, sin dejar de filmar y sacar videos, algo que siempre hay que hacer, para que te queden pruebas, en caso de tener que demostrar el estado del vehículo, de hecho el nuestro estaba bastante sucio en el exterior.
Las primeras calles son magia, abro los ojos lo más que puedo, para intentar descubrir si es un sueño o realidad, si realmente estoy ahí, en ese lugar que tanto amo.
Teníamos tiempo, ya que entrabamos al hospedaje a las 15hs y ya saben como es esto.
Lo primero que hicimos fue ir por un típico desayuno estadounidense, a un lugar que tenía apuntado hace rato, de hecho lo estaba para el viaje anterior, pero quedó pendiente.
Jimmy´s East Side era el lugar agendado, ubicado en la zona mimo de Biscayne Boulevard, en el barrio de los moteles de los años 50.
Una zona que tiene sus secretos e intereses. Por ej este lugar, que conserva la cultura y tradición de otros tiempos.
Huevos revueltos, papa rallada y café, nos dieron energía para lo que iba a ser un dia laaarguisimo!!
Sacando las últimas fotos me encontré en el mostrador con Oscar Alejandro, el youtuber venezolano, quien se prendió para la foto, aunque pobre lo agarre en el medio de su desayuno.
Seguimos camino por la Biscayne, que es una de las calles que a mi me gusta usar cuando ando por el continente, mientras menos tiempo esté en las autopistas mejor.
A la altura de la 96, doble a la derecha hacia otro lugar apuntado hace mucho tiempo, pero que nunca había visitado.
Lo que descubrimos es que ese barrio es un verdadero manjar de hermosas casas bajas, en la época que fuimos nosotros, espectacularmente decoradas para Halloween.
y la salida al agua, en el Miami Shores Village Bayfront Park, fue la frutilla del postre, realmente un lugar mágico, con unas vistas fascinantes.
El tiempo avanzaba y el próximo destino era el Walmart.
Hacer unas compritas para llegar al dpto ya provistos de algunas cosas, siempre es una buena idea.
El famoso pack de agua que nos acompaña todo el viaje y claro, desde ya el pack de cerveza también, aunque ese es unicamente mio ja.
Llegar al Walmart de Hallandale siempre es para nosotros, como decir, llegamos a casa jaja.
Lo lindo de ir tantas veces a un lugar, es cuando te lo apropias y lejos de aburrirte, se vuelve un imprescindible y necesario para vos, en cada viaje.
Terminamos de comprar y claro, de dar vueltas y vueltas por el super, como siempre pasa y salimos.
Eran las 14hs, el calor gobernaba en Hallandale y por suerte nos dieron el OK para ingresar al departamento que habíamos alquilado.
Íbamos a innovar con un barrio nuevo. Hasta ahora de los 6 viajes que habíamos hecho, 4 nos hospedamos en Hollywood Beach, de hecho, para nosotros es nuestro barrio, pero siempre se puede cambiar.
En este caso, en los dptos que yo alquilo, en The Tides, ya no había disponibilidad, recordemos que el viaje estuvo en nuestra mente durante todo el año, pero recién en septiembre sacamos el pasaje.
Después de analizar alguna opción en Miami Beach, nos encontramos con una en Sunny Isles, en un lugar a una cuadra de la playa, con una tarifa que nos cerraba por todos lados y en las semanas previas (faltando 20 días para el viaje) cerramos la operación.
La calle 172, en la increíble Sunny Isles se iba a convertir en nuestro hogar por los próximos 8 días, el hospedaje ya lo voy a armar en un posteo aparte.
y sinceramente fue amor a primera vista, un amor que se mantuvo el resto de los días y al mismo tiempo, se agiganto.
Después de acomodarnos, fuimos a dar nuestra primera caminata al mar.
Lamentablemente, de hecho siendo una de las grandes partes negativas del viaje, el mar estuvo bastante movido, agitado, picado, todos los días.
Es la primera vez que nos pasa algo así, ya que uno puede tener días complicados, pero suele ceder, pero esto es algo que no aflojó nunca en los próximos días.
El día estaba teniendo sus últimas horas de luz, algo que las torres de Sunny, ayudan, ya que por la tarde, hay varios sectores donde el sol queda tapado entre ellas, pero el marco es inmejorable.
Caminamos hasta el muelle y encontramos el lugar divino, para tomarse algo contemplando el mar y el atardecer.
Volvimos para el dpto, previa parada por Millam´s, un supermercado que se convirtió en uno de nuestros nuevos preferidos en el rubro.
Había que ducharse, cambiarse y seguir camino.
El próximo destino era el Downtown Hollywood, un centro que está bastante renovado, con muchas opciones gastronómicas, de distintos tipos y nacionalidades.
El parking lo resolvimos en las inmediaciones, donde hay sectores en el cual por un tiempo establecido, se puede estacionar en forma gratuita.
Caminamos unas cuadras, tanto por Hollywood Boulevard, como por Harrison Street, donde también hay varios murales hechos con graffitis.
Después de un recorrido que nos tomó 1 hora y andar todo el día, había que tomar una decisión, seguir con el plan establecido o volver al departamento para descansar (estábamos bastante cansados)
Aunque a la media hora, después de agarrar Stirling Road, estábamos llegando al hotel ese en forma de guitarra, que tanto aparece en fotos y reels. Nosotros todavía no lo conocíamos, así que iba a ser nuestra primera vez.
La verdad que al casino le di poquisima pelota, pero todo el resto, me pareció espectacular.
como fanatico de la musica que soy, disfrute todo el recorrido en el que se pueden apreciar prendas, vestuarios, instrumentos de artistas de todos los tiempos.
Así como el diseño del lugar, que me pareció increíble, con la pileta exterior y los distintos bares y restaurantes.
También tiene un patio de comidas, en el cual comimos una rica pizza para mi y pollo para Lu.
La verdad, no fui con tanta fe, pero volví encantado con el lugar.
Me gusto mucho la vibra y la buena onda con interesantes opciones gastronómicas y barras con espacios bailables, todo muy entretenido.
Había un escenario armado para bandas, pero no llegué a ver ninguna.
Siendo las 12 de la noche arribamos nuevamente al complejo de Sunny Isles.
El primer día, había sido intenso, largo, apasionado y vibrante, como cada comienzo de nuestros viajes a Florida.
Se vienen muchas más emociones.
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