Después de un día agitado, era momento de parar un poco la pelota y disfrutar de dos grandes actividades en Miami, desde ya, hablo de la playa y las compras.
Arrancamos el día con nuestro desayuno habitual y rápidamente bajamos a la playa. La idea era pasar unas horas en el mar, que dicho sea de paso estaba increíble.
Hablando de compras y repasando un poco sobre lo que hicimos en NY, ahí elegimos comprar en locales de la calle 34 o cualquiera que nos interese en Manhattan, antes que salir de la ciudad a algún Centro Comercial alejado y perder todo el día en eso.
H&M fue un gran suceso para nosotros, lugar que después seguimos frecuentando en Miami.
Pero cometimos el error de algunas cosas, dejar de comprarlas en Manhattan, pensando que las íbamos a encontrar fácilmente allá y a mejor precios y ninguna de las dos ocurrió.
Así que con respecto a este tema, dejo mi consejo, si ven algo que les gusta y les sirve el precio, lo compran, porque después quizás no lo encuentren.
Para las compras en Florida, habíamos elegido el Dolphin Mall y debo admitir que quedamos muy conformes con la decisión. Es al día de hoy, que después de 5 viajes a la ciudad, es uno de los lugares donde nos sentimos más cómodos, es más, en el último viaje del año pasado, lo encontramos más lindo y oportuno que nunca.
Preferimos dejar el Sawgrass para otra oportunidad, lugar que conocimos en nuestro segundo viaje.
Y si la idea era descansar la situación fue un poco confusa, ya que luego de unas hermosas horas en el mar, antes del mediodía nos dirigimos al shopping y siendo las 8 de la noche aun seguíamos dando vueltas. Los que ya conocen entenderán de que hablo, sobre todo las primeras veces. Las horas vuelan, creo que si estuvieran abiertos las 24hs, hay gente que entraría un día y saldría al otro. Bueno nosotros estuvimos medio día ahí metidos, casi sin darnos cuenta.
Claramente, todo era novedad, todo, no quedaba nada sin ver ni probar. Y ahí llenamos bastante la valija, aunque nada del otro mundo, ya que no somos de esas personas que vuelven con mil valijas, lo nuestro es más tranqui, aunque claro, comprar nos gusta, como a cualquiera.
Los percheros con el cartel de SALE eran para revolver y revolver y siempre encontrábamos algo.
Como en Ny, también nos topamos con Victoria Secret y mi cara de la foto, aunque esta forzada y exagerada, demuestra lo que puede sentir un hombre luego de tantas visitas por ese local.
Mi garganta estaba mejor, pero ese día sufrí bastante del frio, en cada local que entraba, parecía una cámara frigorífica. Lo pude resolver con una campera gap que me compre y me la lleve puesta ja.
También encontré una casa de música, que se llama Sam Ash, la cual me resulto fabulosa, con cientos de instrumentos a la vista y es más, se podían probar en una especie de recital en vivo, que podías hacer, hasta con un sonidista! Una locura. Todo muy exagerado como sucede allá, pueden ver el video que esta genial.
Luego de horas y horas, ya estábamos mareados y decidimos irnos a descansar.
Con respecto a las compras diarias, teníamos 3 lugares de cabecera. Publix, Wallgreens y el 7eleven que teníamos enfrente. Este último lo usábamos casi siempre, ya que los precios que tenían eran bastante buenos y sabíamos que entrar al supermercado nos sacaba una o dos horas, así que el shop de la estación de servicio, nos salvaba siempre.
Aunque parezca increíble, en ese viaje no fuimos al Wallmart, lugar que recién conocimos en la segunda visita y hoy es claramente un paso imperdible. Como hicimos para no ir la primera vez, vaya uno a saber.
Ese día cenamos alguna pavadita y como hacen todos, nos pusimos a disfrutar y repasar las compras hechas en el día.
Otra cerveza fue destapada frente al ventanal y así se terminó otra jornada más.