Esa mañana además de una intensa neblina, circulaba por el aire, una irremediable nostalgia.
La sensación del último día en la ciudad, se hacía presente. El saber que ya no caminaríamos por la por la 9, hasta la 42 para tomar el cafecito del 7eleven, de que ya no habría más Central Park, ni Times Square era algo difícil de sobrellevar, pero quedaba un día por delante y claro que se puede disfrutar.
Algunas veces en los grupos la gente pregunta si le conviene tener una escala de varias horas en Ny y la respuesta que di varias veces fue la de que, teniendo en cuenta el viaje al aeropuerto, si les sobra para tener medio día al menos en Manhattan, pero háganlo sin dudas.
Arrancamos la mañana por el hermoso barrio de Soho. El cual es un lugar de tiendas elegantes, calles con adoquines, muy pero muy lindo.
En esa zona, en una esquina nos pusimos a mirar el mapa y de pronto se paró una chica a preguntarnos si necesitábamos algo, que nos ayudaba con alguna dirección, acción que nos pareció un encanto y no estábamos acostumbrados.
Caminamos unas calles por el zona y nos metimos en un famoso lugar gastronómico, llamado Georgetown Cupcakes. Este lugar lo había apuntado Lu, de un reality.
El lugar es divino y los cupcakes, ni hablar. Realmente si andan por la zona, se los recomiendo.
De ahí nos fuimos al sur, hasta Battery Park, para tomar el Ferry gratuito que te lleva a Staten Island, que es el único de los 5 distritos de Nueva York que no está conectado a los demás por la red de metro y, por lo tanto, el ferry está pensado para que los vecinos puedan trasladarse fácilmente a la Gran Manzana.
De esto nos dimos cuenta porque el barco, se empezó a llenar de gente, una multitud que se juntó en segundos y no sé cómo, pero todos se ubicaron lo más bien en el interior de la embarcación.
El ferry tenía una onda súper vintage y me hizo recordar al instante a Carly Simon, cantando Let the River Run, la famosa canción de la película Secretaria Ejecutiva.
Así como el Empire o las calles de Broadway, ese era otro emblema de la ciudad que tanto añoraba conocer. El viaje duro unos 30 min aprox y así como llegamos pegamos la vuelta. La idea era la vueltita en Ferry nomas.
El paseo nos regaló increíbles vistas de la isla.
Volvimos a Manhattan a caminar por última vez por la 42, la 34 y todas las calles que pudiéramos hacer. Y con panchito en mano, para no perder el tiempo. Aunque esta vez, no era el de los carritos. Unos días atrás había tenido el placer de conocer los del 7eleven y ahí nació mi devoción por ellos.
En el trayecto fuimos a conocer dos joyas arquitectónicas de la ciudad.
La emblemática estación de trenes, Grand Central Terminal la cual nos pareció fabulosa y el Edificio Chrysler.
Y seguimos caminando y caminando, para llenarnos los ojos de NY. Hicimos una parada técnica en el departamento, pero antes de entrar, mis ojos se desviaron ante esa pizzería de las 2 porciones con coca por u$s2. Lu no quería, por lo que tuve que hacer el esfuerzo de comerme las dos yo solito, era la última vez, no iba a perder esa chance ja.
Luego de un breve descanso, nuestra retina se llenó de Times Square por última vez. Ahora sí, era la despedida, no había forma de volver el tiempo atrás, pero nos llevábamos la valija llena de grandísimos momentos y valiosísimos recuerdos.
Nos faltaron conocer muchísimas cosas, aunque Ny es así, no creo que exista el plan perfecto, porque caminas una cuadra y encontras miles de atractivos.
Es una ciudad increíble llena de matices, distintas culturas y estoy seguro que puede saciar el gusto de cualquier persona, pero te tiene que gustar la idea de una ciudad sumamente intensa que no para nunca.
NY fue mi sueño, lo sigue siendo aún, porque sueño con volver ya que nunca más se nos dieron las cosas para hacerlo.
Lo comparto porque me gusta transmitir mi pasión por los viajes y los lugares que visite y ame y este sin dudas es uno de ellos.
Siendo este un espacio de Miami y Florida, considero a Nueva York, una excelente sugerencia para combinarlo con la ciudad del sol y así hacer un mix de ciudad con playa, lo cual puede dar como resultado, un viaje inolvidable.
Hace años que quería relatar mi experiencia neoyorquina, pero nunca se daba. Y considere este ´´parate´´ a nivel mundial, un buen momento para remover emociones y plasmarlas en un escrito, espero les haya gustado, les sirva algún dato o los motive a conocer la ciudad.
Los relatos que van a seguir a continuación será los de mi primera vez en Miami.